Hoy es fiesta en Cataluña pero no os dejo ni descansar en estas fechas, lo siento. Escribir cada semana ya se ha convertido en rutina y dejarlo atrás por los días festivos me parece fatal, si ahora tengo más tiempo y todo.
Cada año por estas fechas mis pensamientos están que no paran. No he hecho nada este año, voy a cumplir todo lo que me proponga, voy a cambiar algo de mi vida, no voy a hacer nada porque no sirve, y así, en bucle, hasta el día de Reyes ¿Alguien más empieza enero ya agotado emocionalmente? Enero es el peor mes, no debería existir.
Entre la presión de los regalos, los encuentros familiares incómodos y los balances de fin de año, siento que diciembre nos pone en una montaña rusa emocional. Me encanta diciembre, no me malinterpretéis pero, todo es tan frenético que mi vida llena de calma se desmorona a la mínima.
A ver, hablemos claro: ¿Soy la única que siente que el 2023 empezó hace dos semanas? Porque tengo recuerdos de enero como si hubiera sido ayer y, de repente, me encuentro con el Spotify Wrapped juzgando mis decisiones musicales (mentira, mis gustos son los mejores y lo reflejan bien).
El tiempo pasa rápido, pero también lento, como esas cenas familiares donde alguien siempre pregunta: ¿Y tú qué? ¿Ya tienes pareja? (sí pero no te lo voy a presentar, pobrecito) o ¿Cuándo piensas independizarte?. Para ellos ¿Qué significa independizarse? ¿Hacer yoga? ¿Pagar facturas a tiempo? ¿Tener los tuppers del trabajo ordenados por colores? Porque si es lo último, claramente, no he llegado ahí, lo otro lo podría cumplir.
La Navidad debería ser esa época de película, con luces cálidas, nieve cayendo suavemente y familias felices en la mesa. Pero, en mi caso (y el de muchas familias), siempre falta algo (o sobra): eres vegana/vegetariana y cada año la misma historia con la comida (no entro en detalles porque ya es cansino), o mi sobrina decide organizar un concierto de gritos justo cuando queremos ver alguna película navideña. No pasa nada, no todo es perfecto en esta vida, es lo que estoy intentando reflejar en esta carta.
Y luego están los propósitos de Año Nuevo, esos grandes villanos disfrazados de motivación. Soy una persona muy organizada y si digo que voy a hacer algo lo hago (no sé si es un problema o una virtud) pero no vamos a negarlo, el 80% de las veces el 1 de enero me pilla en pijama, con una resaca emocional y preguntándome por qué mi propósito nunca es simplemente sobrevivir con dignidad.
Bromas aparte, creo que lo mejor que podemos hacer es bajar un poco el volumen de las expectativas. Celebrar las pequeñas cosas: haber llegado hasta aquí, seguir intentando, reírnos de los errores y disfrutar de lo que tengamos, aunque no sea perfecto. Porque, al final, eso es lo que queda, ¿no?
Este año siento que no ha sido nada especial pero voy a rememorarlo para que quede grabado y no ser tan pesimista: he leído 75 libros, no sé ni cómo, el final de la carrera cada vez está más cerca (poc a poc i bona lletra), he cambiado de trabajo, una de mis amigas se ha casado y he sido dama de honor, he tenido otra sobrina y estoy enamorada de ella, he descubierto escritoras que son un referente para mí y encima me han firmado sus libros, he visto a Taylor Swift en directo en el The Eras Tour, he forjado nuevos vínculos y amistades, también fui a ver a Bruce Springsteen en directo con mis padres, me atropellaron (vale, esto no es bueno pero sigo viva, no me pasó nada malo así que dentro de lo que cabe es bueno), fui a Andorra a estar más en contacto con la naturaleza y los bosques, he descubierto mi pasión por cocinar recetas veganas, he hecho muchas cosas artísticas (pintar un cuadro, aprender un poco de crochet), y he cumplido 28 (not a fan).
Así que os deseo un cierre de año lleno de risas, familia, amigos, y tal vez un poco de champán (o cava, para ser fieles a Cataluña). Gracias por leerme cada semana, por aguantar mis desvaríos y por compartir estos momentos.
Nos vemos el próximo año. Mientras tanto, disfrutad lo que podáis y recordad: sobrevivir diciembre ya es un logro en sí mismo.
Para exposearme más os dejo mi vision board para 2025.
Un abrazo,
espero verte en la siguiente.
Feliz Navidad y Año Nuevo :) Espero seguir leyéndote por aquí! La verdad es que si, Diciembre es un mes hermoso pero emocionalmente super cargado, y es muy difícil bajar un cambio.